¡Ah, la brillante Madam Curie! La dama que iluminó el mundo de la ciencia con su trabajo en el campo de la radiactividad. Fue una científica pionera que desafió las normas de su época y se convirtió en la primera mujer en ganar un premio Nobel, ¡y no solo uno, sino dos! Prepárate para conocer su vida y su legado inspirador en esta original Biografía de Marie Curie.
Nacimiento e infancia
Su nombre completo era Maria Salomea Skłodowska-Curie, pero puedes llamarle Madame Rockstar. Nació el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia. Su infancia estuvo marcada por terribles tragedias, entre ellas la muerte de su madre y de una de sus hermanas.
Su padre, Władysław Skłodowski, era un hombre para quien ganarse la vida era más difícil que pronunciar su propio nombre. Era profesor de Física y Matemáticas y empezó a adoptar la costumbre de llevarse el trabajo a casa. Pues cuando las autoridades suprimieron las clases de laboratorio en las escuelas polacas, se llevó los materiales poco a poco a su hogar, y allí les enseñó a sus hijos cómo utilizarlos.
Al principio, María empezó a estudiar en un instituto para niñas. Después de graduarse con una medalla de oro, la pobre sufrió un colapso de depresión. ¡Vaya manera de celebrar la graduación! Por eso decidió tomar un respiro en el campo. Nada como una buena dosis de aire fresco y parientes para mantener la cordura.
Después de eso, intentó continuar sus estudios, pero resulta que en ese tiempo, las mujeres no tenían muchas opciones para obtener una educación superior. ¿Cómo podría Marie seguir estudiando? Aquí es donde entró en juego la misteriosa «universidad flotante». Bueno, no es literalmente una universidad en un bote (lo siento por la decepción), pero definitivamente era algo fuera de lo común. Se trataba de una institución patriótica de educación superior clandestina que daba la bienvenida a las mujeres estudiantes. Aunque no tenía un edificio físico, ofrecía clases, conferencias y tutorías en diferentes lugares de Varsovia. De ahí el nombre «flotante». Gracias a ella, Maria pudo «mantener a flote» sus estudios.
Su vida en Francia
Aunque en Polonia no había muchas oportunidades, Francia era un lugar de efervescencia científica. París se había convertido en el epicentro de la investigación y el descubrimiento científico, y era reconocido internacionalmente como un lugar donde los grandes pensadores se reunían para explorar los límites del conocimiento. Marie quería formar parte de esa vibrante comunidad científica, sumergirse en su espíritu innovador y aprender de los mejores en el campo. Además, Francia tenía universidades y laboratorios de renombre que ofrecían las oportunidades y los recursos necesarios para impulsar su carrera científica.
Así que Marie Curie dejó atrás su hogar en Varsovia y se embarcó en una aventura hacia Francia para dar rienda suelta a su pasión científica y perseguir sus sueños. Después de años dando vueltas como electrones alrededor de un núcleo, finalmente llegó a París. Marie trabajó duramente estudiando durante el día y dando clases por la noche, porque, ¿quién necesita dormir o comer cuando tienes una pasión ardiente por la ciencia?
Matrimonio
Cuando ya llevaba un tiempo viviendo en la ciudad del amor, Marie conoció a su futuro esposo, Pierre Curie, pero no fue amor a primera vista. Ella estaba más interesada en un laboratorio más grande que en un anillo de compromiso. Pero Pierre, ese romántico irremediable, convenció a nuestra austeramente vestida heroína de cambiar su investigadora y solitaria vida por un apasionante dúo científico. ¡Claro que Marie no iba a comprometerse hasta que estuviera segura de que Pierre estaría dispuesto a seguir sus pasos, incluso hasta su país natal!
Desafortunadamente, su regreso no fue como esperaba. La universidad rechazó su solicitud simplemente porque era mujer. Consciente de esto, el apuesto Pierre, de manera encantadoramente persuasiva, le mandó una carta para convencerla de que volviera a París. Y con una boda sin pretensiones, Marie y Pierre formaron un equipo científico inmejorable que, a pesar de todas las dificultades, no dejó de perseguir sus increíbles sueños científicos.
Logros
El 13 de Julio de 1898, esta pareja dinámica descubrió su primer elemento químico. Marie le dio el nombre de ‘Polonio’, para recordar su tierra natal. Porque, ya sabes, nada dice «Te extraño, Polonia» como un isótopo radiactivo nominado en tu honor. Pero bueno, hay que tomar en cuenta que en ese momento el país estaba siendo repartido entre tres imperios y necesitaba un poco de amor.
Y como si eso no fuera suficiente, el 26 de diciembre de ese mismo año, los Curie anunciaron al mundo la existencia de otro elemento: el «radio», que proviene de una palabra latina que significa rayo. Porque si vas a descubrir algo tan increíble como la radiactividad, necesitas una palabra que suene electrizante. O quizás porque cuando lo descubrieron lo primero que dijeron fue «¡Qué rayos es esto!»
Además de acuñar la palabra «radiactividad» y descubrir dos elementos, esta genio nuclear también fundó el Instituto Curie en París y Varsovia, que hoy en día están radiando conocimiento médico.
Fallecimiento
Pero guardar tubos de ensayo radiactivos en los bolsillos no es precisamente la idea más brillante para una vida larga y saludable. A pesar de estar rodeada de rayos X, Marie nunca admitió públicamente que los efectos de la radiación pudieran ser perjudiciales para la salud. En lugar de cerrar el laboratorio por el día, simplemente decía «Qué bonito brilla el radio en la noche». Madame Curie murio el 4 de julio de 1934 a los 66 años. El año siguiente, su hija Irène ganó el Premio Nobel de Química.
Incluso después de morir, Curie siguió brillando… literalmente. En 1995 sus restos y los de su esposo fueron trasladados al Panteón de París. Habían pasado 60 años, pero ambos seguían emitiendo brillo por la radiación. Allí, el presidente francés destacó que, como siempre, Marie se adelantó al resto de nosotros. Al fin y al cabo, fue la primera doctora en Ciencias, la primera mujer profesora de la Universidad La Sorbona, y la primera persona en recibir dos Premios Nobel. Pero había llegado a un nuevo nivel al convertirse en la primera mujer enterrada en el Panteón de París «por sus propios méritos». Los cuadernos del laboratorio de Curie todavía existen y emiten más radiación que tu router de WiFi, por lo que están enterrados bajo varias capas de plomo.
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